Lo primero que se me vino a la cabeza cuando vi el Predator Xtreme fue una canción que había escuchado hace unos años, decía algo como “no puedes competir con los que inventaron tu estilo“. Y mucho menos puedes hacerlo si intentas abarcar a un conjunto de coches con los mejores diseños del mercado.
Muchos estaréis pensando, allá vamos, otro coche chino más para la colección. Pero esta vez la medalla no es para China, sino para Estados Unidos. Ha sido durante el Pebble Beach Concours d’Elegance, una de las concentraciones de mas renombre a nivel mundial, donde esta peculiar mezcolanza de estilos ha visto la luz.
El parecido con el Ferrari Enzo y el Lamborghini Reventón son innegables, pero no contentos con copiar a dos de los superdeportivos más destacados del momento también han tomado prestada la distribución de asientos del mítico McLaren F1. La obra concluye con unos pilotos traseros que recuerdan a los del Infinity G35, aunque puede que me haya pasado buscando parecidos.
En el interior nos encontramos al conductor en el centro y un acompañante a cada lado en una posición más atrasada. Los colores van a juego con el resto del coche y todo parece bastante normal, hasta que nos fijamos en los dos altavoces apuntando a los mismísimos tímpanos del ocupante del asiento central.
Una de las principales características que reúnen los participantes en el acto benéfico de Pebble Beach es el estado impoluto de sus vehículos, cosa que han descuidado un poco los creadores del Predator que presenta alguna que otra grieta en su superficie. Una vez más queda confirmado, para gustos colores, aunque el de algunas personas se escapa del espectro de luz visible.
fuente: diario motor
k wapo...
