por Alexac4 » Mar Oct 28, 2008 18:24 pm 
			
			La FIA quiere condenar a muerte a la F1 tal y como la conocemos
Ayer miércoles se clarificaron las intenciones de Max Mosley y Bernie Ecclestone acerca del uso de un motor único para todos los equipos de la Fórmula 1. En una reunión rutinaria de la FIA se aprobó la medida, y con ello se encendió la mecha de una auténtica guerra entre los participantes del "gran circo".
De acuerdo con lo que sabemos hasta ahora, la FIA pretende introducir un único motor para la Fórmula 1 a partir de la temporada 2010 y prorrogarlo al menos hasta 2012. La federación además ha marcado el próximo 7 de Noviembre como fecha límite para que aquellas empresas que quieran fabricar dicho motor "standard" presenten sus propuestas.
Las repercusiones de esta decisión, y del camino que está tomando la FOA y la FIA en las últimas fechas con la unificación de aspectos técnicos han puesto en peligro los propios cimientos de la F1 tal y como la conocemos hoy.
Ferrari, Toyota, BMW y Mercedes ya han manifestado su desprecio a la nueva medida para "reducir costes e igualar las prestaciones de los coches". Ferrari y Toyota amenazan con abandonar el campeonato si la norma sale adelante, y la verdad, conociendo la presión que ejerce la marca italiana en la F1, se me hace casi imposible imaginarme que la FIA siga adelante con su descabellado plan sin el apoyo del "cavallino rampante".
Pero la crisis de hoy viene de muy lejos, y no se van a encontrar soluciones rápidas. Desde la guerra FISA-FOCA de 1982 en la que Ecclestone conseguiría empezar a fraguar el poder que ahora atesora las cosas van de mal en peor. Cada año asistimos a una normalización más estricta del reglamento, con coches cada día más y más similares, regulados en medidas y pesos hasta límites que rozan lo ridículo.
Y es que cuanto más restringido está el diseño, sacar ventajas entre los equipos se convierte en un proceso minucioso de ingentes inversiones económicas que hace que solo los grandes equipos puedan sacar evoluciones realmente diferenciadoras.
Solo hay que ver lo que pasó con Lotus o la propia Brabham de Ecclestone, y la evolución de la F1. Los coches de la parrilla de 1982 podíamos identificarlos independientemente de sus colores.
Hoy en día, las diferencias de los coches son tales que sin sus colores sería dificil distinguir un Honda de un Force India a nivel del espectador medio. Y no es porque el camino de la evolución aerodinámica lleve a todos los equipos a tomar las mismas medidas técnicas, sino que es el reglamento el que ha producido éste problema.
Los coches ya no se pueden adelantar, dicen que por culpa de que los fabricantes trabajan la aerodinámica de manera demasiado exhaustiva, con numerosos deflectores y aletines. Evidentemente la FIA no recuerda que eliminó el efecto suelo casi por completo de la F1, y que reguló el tamaño y forma de los alerones, dejando a los equipos el único camino de trabajar pequeños deflectores para buscar mejoras.
Se esgrime el tema del coste y de la seguridad, pero es un tema tan hueco y volátil que ni la propia FIA se lo puede terminar de creer.
Aquí lo que importa son los niveles de audiencia, y que la F1 sea un deporte de masas. Para ello Ecclestone busca un formato similar al de la IndyCar o la Nascar, muchos coches iguales luchando cuerpo a cuerpo. Con todos los pilotos compartiendo las posibilidades del mismo material. Eso vende, eso atrae el espectáculo y a las televisiones.
Pero es que eso no es la F1, o no es lo que en su día se creo como Fórmula 1. La F1 es el máximo exponente técnico de las competiciones automovilísticas, o debería serlo, ya que hoy por hoy tiene casi más tecnología un coche de Le Mans que un F1.
La F1 permitía antiguamente que los ingenieros probaran diseños y soluciones muy diferentes, con lo que cada coche era único, y se demostraba la capacidad de ingeniería de cada equipo. Era una lucha de equipos y una lucha de pilotos. Era el hombre y la máquina, y no el espectáculo y el piloto.
Es cierto, Ecclestone es el dueño de los derechos, y vela por sus intereses, y por el bien de las masas, que quieren una lucha de pilotos. Pero es que para eso existen otras fórmulas, como ya he comentado en otras ocasiones. Si lo que la gente pide son carreras entre pilotos, que monte Ecclestone una fórmula de coches iguales, al estilo de la GP2 o la A1GP, en la que todos los equipos compartan material, y donde prime el espectáculo por encima de todo.
Mientras, que la FIA se preocupe por recuperar la F1 y devolverla a sus orígentes. No me valen las excusas de costes o seguridad, yo os propongo un reglamento bien sencillo, basado en tres puntos fundamentales:
    *  Control de costes: Con crear una auditoría continua para cada equipo y limitar el presupuesto anual a, por decir algo, 50 millones de euros, bastaría para abaratar el coste de competición y igualar los medios al alcance de cada equipo, con lo que cada ingeniero tendrá los mismos medios para afrontar el desarrollo de su coche.
    * Seguridad: la FIA puede establecer los test de impacto más severos que desee, con unos buenos controles adecuados a las prestaciones de los coches no hay peligro.
    * Limitaciones: Las únicas limitaciones son sencillas, un consumo de combustible máximo por carrera, para evitar cifras desorbitadas de potencia o de emisiones, dando fuerza a un espíritu ecológico aplicable a los coches de calle. Limitaciones dimensionales generales de altura, anchura y longitud, para evitar coches amorfos. Y por último, una limitación en el tamaño y cantidad de ruedas.
Son tres sencillas vías para crear un campeonato donde cada fabricante pueda mostrar su capacida de ingeniería, y cada piloto pueda luchar con su máquina. Claro, con un reglamento así, los mejores equipos de ingenieros siempre tendrán ventaja, y habrá coches mucho más rápidos que otros, pero al final, una competición es como una guerra, y siempre hay vencedores y vencidos. Seguro que un campeonato así no sería rentable para el bolsillo de Ecclestone, pero no todo el mundo debería moverse por los intereses económicos de una persona.
El tiempo nos dirá lo que acaba haciendo Ecclestone y su gran amigo Mosley, pero el futuro no pinta muy brillante para una F1 cada día más instrumentalizada. Siempre nos quedará Le Mans.
Fuente: Autoblog
			