Controlar la correcta presión de los neumáticos es más importante de lo que la inmensa mayoría de los conductores cree. El neumático es lo único que nos une con la carretera y apenas se le presta atención.
De hecho, una reciente encuesta en Inglaterra revela que más del 70% de la población no comprueba la presión de sus neumáticos jamás, salvo que se lo hagan en el taller…y eso que los británicos poseen una cultura automovilística muy superior a la nuestra. Asombrosamente, en la Unión Europea sólo el 1% de los muertos en carretera está relacionados directamente con un neumático mal inflado, pero el 1% de miles de muertos…son muchas personas que podrían seguir vivas.
A partir del verano del 2012 todo vehículo fabricado en la UE deberá llevar de serie el TPMS o Sensor de Presión de Neumáticos. Este sistema es muy poco conocido en nuestro país y muy poco valorado, pese a ser un importante sistema de seguridad. Afortunadamente cada vez son más simples, baratos y funcionan con menos fallos; todavía recuerdo los primeros Peugeot 407 con el testigo de rueda deshinchada continuamente encendido en el tablero…
Para aquellos que piensen que la seguridad no va con ellos, recordar que un neumático con poca presión aumenta el consumo de combustible y el desgaste de neumáticos, hasta el punto de que el sistema podría amortizarse a si mismo en poco tiempo.
Y si eres de los que comprueban regularmente la presión del neumático (y por tanto puedan prescindir del sistema), advertirte que puedes sufrir un pinchazo en linea recta y llegar a la curva cuando sólo te queda medio Bar de presión… poco probable, pero posible.
Esta medida no es nueva: en EEUU todos los vehículos de más de 4,5 toneladas de peso deben llevarlo de serie desde el 2007
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