Pues en efecto, salgo y me encuentro esto:

Joder, pienso. Me voy a la obra a buscar al jefe de obra y, de entrada, pasa del tema, le digo ¿si?, pues ahora mismo mando la foto al dueño del Hotel. Ahí ya se para un poco y me dice que vale, que se la mande a él por e-mail, que se ocupa y tal y me nombra al jefe de obras de la empresa; a la sazón viejo amigo mío, con lo que he tenido suerte. Le llamé y sin problema. Me ha dicho que lo repare y que le mande la factura.