Sin embargo, hoy he empezado a comprender. No me buscan a mi, no buscan algo que les guie, buscan su reflejo. Eso es. Yo solo soy una reflexión de lo que me dais. Yo solo reflejo vuestra luz interior.
Y esta noche ese reflejo está especialmente dolido. Porque un gran amigo está sufriendo a manos del cruel destino. Y yo no he podido hacer nada para consolarlo.
Sin embargo, una vez mas, él ha sido la respuesta a su propia pregunta. La vida se ensaña contigo, sí, pero porque puedes. Tu puedes soportarlo, tu puedes sobrevivir a esto como lo has hecho otras veces. Es tu fortaleza la que te salva, la que te ha convertido en el superviviente que eres. Y la que te llevará a otros niveles de sabiduría que la mayoría ni conocemos.
La vida es solo lo que tu haces de ella. Tu has elegido un camino, el camino de la sangre. El camino de la verdad. Eliges que tu madre te importe, eliges sufrir con su dolor. Muere una parte de ella y muere una parte de tí. Pero nunca olvides el amor. Pues eso es lo único que te salvará. De tí mismo y de todo mal. Es curioso que yo precisamente diga esto, pero creo fírmemente en ello.
Así que una vez más Lázaro, levántate y anda. Y con tu amor, cura las heridas de tu corazón y salva a tu madre del dolor que la aflige, pues solo tu puedes hacerlo. Extiéndele tu mano y sana sus heridas. Pues tu amor todo lo puede.
Y en estos días de desesperanza acuerdate siempre, que hasta en las noches más oscuras las tenues estrellas siempre brillan con fuerza anunciando a los marineros el camino de vuelta a casa.
Deseo con todo mi corazón que tu madre se reponga y que tu encuentres como ellos el camino de regreso a tu hogar.
Un abrazo muy fuerte, y perdona que no haya sido capaz de escribir algo que estuviera a la altura. Lo siento de veras. Lo siento por todo. Pero me alegro de que ya estés en camino.
