En efecto, la teoría es esa, pero tiene muchas pegas, y tienes otra alternativa más práctica y cómoda:
1.- Te acercas al primer Guardial Civil que te encuentres y le pides amablemente que te ayude a sustituir la bombilla.
PROS:
- Te ayuda en vez de multarte, ya que te has dado cuenta tú antes que él.
- Puedes tener un rato simpático mientras el agente intenta adivinar cómo coj***s se cambia la bombilla, y así de paso se da cuenta de que la gente no las lleva fundidas por gusto.
- Si el guardia está medianamente aceptable y tú soltera, puedes incluso hasta llegar a ligar, dado el buen ambiente y la relación cordial surgida entre ambos.
- No te va a cobrar por cambiar la bombilla
- No te vas a llenar las manos de porquería intentando soltar la clavija, que suele estar dura de narices...
POSIBLES CONTRAS:
- Que el agente tenga un mal día y se niegue a cambiártela, enviándote para ello al taller más cercano, de lo que se deriva otra posible contra, que el taller te quiera cobrar la mano de obra (lo cual tampoco sucede siempre).
Así que evalúalo, y una noche de estas te vas a dar un paseo con el coche en busca de un agente de la Ley...

(Eso o pierdes 45 minutos de reloj intentando cambiarla como hice yo...)