Una duda me corroe, ni los sabios de Grecia podrían resolverlo…
¿Cada cuánto hay que echar a lavar un pijama?
¡Eso no lo saben ni las madres!
No sabemos nada de pijamas. Que son para regalar... y que no sirven para dormir. Los botones no te dejan, que se clavan. Conozco gente que se ha quedado dormida y se los han tenido que extirpar.
Yo creo que si tuviéramos que comprar nuestros propios pijamas, los elegiríamos sin botones. Pero como son un regalo, decimos: "Es pa' otro.¡Bah! Que se joda!". Por esa regla de tres podrían hacer, para regalo... ¡tampax de mimbre! Son pa' otro...
Por eso los jóvenes tenemos nuestros propios pijamas: el calzoncillo y la camiseta vieja. Es uno de los logros de nuestra generación, METERNOS EN LA CAMA CON CUALQUIER COSA.
El problema es: ¿Vale cualquier camiseta para camiseta de pijama? ¿Cómo se elige una camiseta de pijama? ¿Ha de tener alguna virtud? ¡Sí! Tiene que ser fea. Como de propaganda de comercia local: "Piensos Cogufomosa", y si es antigua mejor (PRYCA, tragroz…, 1er día de la bici 1988)…Que al tocarla te entre sueño...
Pero hay otra vía para que una camiseta llegue a camiseta de pijama... Una noche, se queda tu novia a dormir en tu casa, coge tu camiseta favorita, la de “hoy salgo de guay”, y sin más te dice: "Te cojo esto pa' dormir". Y duerme con ella. Y esa camiseta ya no vuelve a ser la misma.
En cuanto una camiseta pasa una noche como camiseta de pijama...pierde la inocencia, lo guay, incluso parece que ha perdido color…TE SIENTES TRAICIONADO…”en vez de salir de fiesta con ella se va a la cama”
Claro, por eso hay que conocer muy bien el "ciclo de vida de la camiseta": ¿Cuántas veces hay que ponerse una camiseta para que pase a camiseta de pijama? ¿Y cuántas noches ha de pasar como camiseta de pijama para que pase a limpiar cristales? Y lo que es más triste: ¿Cuántos cristales ha de limpiar una camiseta de pijama para que pase a trapito de los zapatos? Que eso ya es lo último, es poner la camiseta a la altura del betún.
Para evitar todo esto, yo creo que deberíamos dormir todos, y podemos, con el rey de los pijamas: EL ESQUIJAMA.
Es como un chándal, algo menos elegante, hecho con tela de gamuza para limpiar las gafas. Los hay tan transparentes, que ves a través. Tú ves a un tío con esquijama y le dices: "En todo momento sé dónde lo tienes todo". Los hay tan finos que no es que veas a través de la tela, es que ves a través del señor... En los hospitales se podrían ahorrar las radiografías: "Creo que tengo una piedra en el riñón, ¿me hace usted una radiografía?". "No hace falta, póngase un esquijama"
Luego, claro, el esquijama, tiene una debilidad: la goma de la cintura. Esa goma flácida, que esta flácida ya desde el primer día... Los esquijamas los deberían vender con tirantes…Se te caen los pantalones aunque estés tumbado en la cama. Sin embargo, las gomas de las muñecas son como grilletes... vas con las manos azuladas..."Ey, estás moreno!". Y dices: "No, son las gomas del esquijama".
Y es que... no es que el esquijama sea malo... Es la sociedad, que lo corrompe. El problema es que lo corrompe siempre por la misma zona: por la entrepierna. Se hace el agujerito... Ese agujerito...es como el ego: cuanto más lo tocas, más grande se hace. Es un peligro porque te quedas dormido “urgando” el agujerito, y cuando te despiertas te queda nada más que las gomas de las muñecas.
Yo, en mi afán de investigación, he dormido en camisón. Me decía mi madre: "Cielo, ¿qué haces con el camisón". "Pss, investigando". “Eso” si es incómodo para dormir. Te metes en la cama y se te sube hasta los sobacos...de bufanda.
Y para darte la vuelta...te estruja... Te estrangula a la altura de la cintura... Es el "efecto Twister". Un peligro, insistes, insistes e insistes...y hay gente que se ha llegado a dividir en dos..."Mitosis", se llama...
La única manera de darse la vuelta con un camisón (afán de investigación), es esta: abrir mucho las piernas para que se tense la tela. Y entonces empezar a dar botecitos, y cuando has cogido altura suficiente te das la vuelta como una tortilla. Pero mucho cuidado con caer encima de un señor con pijama porque te clavas en sus botones y te mueres. Se han dado casos.