Al final, los asaltantes no se hicieron con el botín, ya que tiraron las sacas mientras huían.
En menos de un minuto, dos personas acabaron heridas: uno de los vigilantes que llevaba las sacas del dinero, en estado grave, y una cliente joven, con una lesión leve en el pie.
Los asaltantes lo tenían todo planeado. Querían quitarle las sacas de dinero a los vigilantes de Prosegur encargados de llevar la recaudación del banco Santander hasta el furgón blindado.
A las 18.55 h se les presentó la oportunidad. Cuando los vigilantes salían de la sucursal, en la planta baja del centro comercial, les quitaron las bolsas. Eran cuatro argentinos, según la Policía.
Forcejeo por el arma
En lugar de huir inmediatamente, uno de los atracadores forcejeó con un empleado, le quitó la pistola y le descerrajó seis tiros, según los testigos. Una de las balas le entró por el abdomen y le salió por la espalda. Otro tiro le dio en la pierna y le fracturó la tibia. El hombre, de 44 años, ingresó en estado grave y consciente en el hospital 12 de Octubre, explicó el Samur.
Pero el suceso tuvo otra víctima inesperada. Una mujer de 30 años salía de una tienda de hogar, donde estaba comprando junto con su marido y su hijo, y se encontró en medio del tiroteo. Una bala perdida le impactó en el pie y tuvo que ser trasladada al hospital en estado leve.
Según una trabajadora, "el niño se quedó llorando desconsoladamente mientras preguntaba a dónde se llevaban a su mamá". Mientras, "los pocos clientes que había gritaban, se tiraban al suelo o salían corriendo sin pagar".
Al final, los asaltantes no se hicieron con el botín, ya que tiraron las sacas mientras huían. Uno de ellos fue detenido por los vigilantes de Islazul y los otros tres escaparon en moto. La Policía espera "capturarles pronto".
