Es que no piensan ir a ver quién pega tiros?", preguntó un testigo a la policía
El tirador dispara escondido desde algún edificio de la intersección entre la calle de Sierra Carbonera y Tomás García. Y ya son al menos siete los afectados
Sobre las cuatro de la madrugada del día 18, al doblar la esquina de la calle de Monte Perdido con Sierra Carbonera, un proyectil de pequeñas dimensiones agujereó la parte superior izquierda de la cabeza de M. P. D. Rápidamente sus amigos le atendieron. "Me salía muchísima sangre. Era muy escandaloso", relata. Lo siguiente que recuerda es que agentes de la Policía Municipal, la Nacional y el Samur acudieron al lugar. Pero todo ese despliegue no achicó al tirador. Mientras M. P. D. recibía las atenciones de los sanitarios, otro chico de 22 años acudió pidiendo ayuda. "Le habían pegado otro tiro en el cuello. También tenía el proyectil dentro", cuenta M.P.D.
Los amigos del primer herido aseguran que los agentes ni siquiera se acercaron a los portales 33 y 35 de Sierra Carbonera, los únicos desde los cuales alguien podría haber alcanzado a las dos víctimas, que llegaban desde calles perpendiculares, según su versión. "¿Es que no piensan ir a ver quién pega tiros?", recuerda que preguntó a una policía nacional uno de los amigos. "¿Pero tú que
crees, que somos el C.S.I.? No vamos a despertar a los vecinos ahora", asegura que le respondió.
Pero el francotirador actuó una hora más tarde. Varios testigos que estaban en un pub a unos 80 metros del lugar donde habían sucedido los dos primeros casos, afirman que sobre las cinco vieron bajar a un chico herido en el tobillo. Buscaba a los policías municipales y a la ambulancia que atendían otro caso en la puerta del pub. "Los agentes no le hacían mucho caso. Parecía que les hacía gracia, que era secundario", cuenta N. F. M. Según su versión, al menos dos personas más recibieron disparos aquella noche, el último sobre las seis de la mañana.
FUENTE:ELPAIS