AS visita la fábrica de los campeones en Inglaterra, donde todo está al servicio de la aerodinámica, la sala de trofeos se ha quedado pequeña y las piezas para el túnel del viento se construyen con láser.

M. Franco | 07/07/2011
Parecían imágenes en tres dimensiones del fondo plano del coche, parecía... Fue un instante, junto a una fotocopiadora, dos o tres papeles sueltos y un folio con información de los monoplazas. Una de las responsables de Prensa lo apartó de la mirada furtiva del periodista antes de que pudiera saber algo que quizá no debía. Después llegarían más avisos y preguntas. ¿Qué habría en ese papel? ¿Sería el secreto de Red Bull?
AS pudo visitar la antigua fábrica de Jaguar Racing, que antes fuera de Stewart, pero modificada y ampliada. Lo primero que llama la atención es que es lo que parece, estamos en un polígono industrial y es una factoría de coches de carreras. Nada más entrar aparece, a la izquierda, la sala de trofeos donde ya lucen las dos copas de Vettel y Webber como primero y tercero en Valencia, unas estanterías en las que se acumulan premios y que pronto deberá ser ampliada.
El tour para periodistas comienza en una sala de reuniones, una estancia decorada con monos de los pilotos de la escudería y algunas de las obras de arte que se venden. Encontramos aquí una lámpara fabricada con los colectores de los escapes, que tiene un precio de 10.000 euros, o una mesa de cristal transparente con un motor dentro, valorada en 12.000. Son algunos ejemplos de esta nueva línea de mobiliario racing que ha inventado una marca cuyo mayor valor es, precisamente, avanzar donde el resto se han quedado estancados. Innovación.
90 ingenieros bajo la dirección de Newey: la aerodinámica es una de las claves del éxito de Red Bull y por ello se destinan los mayores recursos, humanos y técnicos, a su evolución
En una gran sala, noventa ingenieros aerodinámicos analizan, dibujan e inventan para conseguir los monoplazas con la mejor eficacia aerodinámica del planeta. Ésta es la ayuda que necesita el genio Adrian Newey, en el centro tecnológico de Red Bull Racing. Uno de los telemétricos está analizando cada una de las vueltas de los dos pilotos titulares en el pasado gran premio. Es aquí donde han aprendido a dominar el viento...
Después, de entre una maraña de pasillos, surge una estancia que se parece a la zona de seguimiento de la NASA, pero en realidad son los medios que precisan las siete personas que ocupan el muro del equipo en las carreras. Hay cuatro pantallas, como en el muro en el que están Horner y Newey, entre otros, pero además hay tres filas de asientos con seis enormes pantallas de ordenador y otras dos detrás en las que se agolpan hasta 28 personas en cada carrera. Ellos analizan los rivales, los puntos clave, dónde deben mejorar los pilotos... Es un factor esencial para ganar.
Todo es una enseñanza de cómo lograr la eficiencia. En la era aerodinámica de la F-1, el 80% de este lugar se dedica a optimizar el flujo de aire sobre el coche. Una planta más abajo está el túnel del viento y los autoclaves con los que construyen las maquetas a escala. Un error minúsculo en este área puede hacer que el trabajo de meses quede reducido a la nada. Pregunten en Ferrari...
Las piezas las construyen con láser y las modelan en unas máquinas especiales que dejan completamente lisa la superficie. En la misma zona se encuentra la zona de pintura. También aquí se hacen las pequeñas piezas de acero de 25 kilos y que sirven de lastres del coche.
Cambio de zona y paso a un segundo edificio donde se ensamblan los coches y se construyen los chasis. Allí se corta el aluminio en una máquina permanentemente vigilada donde se echa agua para refrigerar y evitar que se derrita por las altas temperaturas. Los motores llegan ya desde Renault y sólo hay que montarlos.
También está el lugar donde más horas pasan los mecánicos, al menos los 18 que se encargan de cambiar los neumáticos. Gracias a las horas de ensayo con los bujes ya gastados son capaces de hacer el cambio de las cuatro ruedas en 3,2 segundos. Parece que no es verdad. Pero lo es, como también es cierto que, en este lugar se construyen las máquinas voladoras que pilota el campeón del mundo, un auténtico monumento a la eficacia.
Alianza provechosa con Infiniti
Desde principio de temporada, el logo de Renault se vio sustituido en los monoplazas de Red Bull por el de Infiniti. La marca de coches de lujo está en pleno proceso de expansión en Europa. Precisamente en España están teniendo un éxito inusual en estos tiempos que corren para la industria del automóvil. Infiniti, marca de lujo de Nissan que, a su vez, forma parte de Renault, llegó a un acuerdo con Red Bull para compartir tecnología punta en sus coches y también en cuanto a patrocinio e imagen. Una alianza de la que ambas partes están felices porque no hay mejor escaparate para una marca de coches que un monoplaza ganador en los grandes premios.
FUENTE: http://www.as.com