Bueno, aquí os dejo algunas de las "Leyes sanfermineras" que me he encontrado por ahí. En realidad están más bien hechas para los de aquí, pero me han hecho gracia:
La ley del 5 de julio: Aunque el año tiene 365 días, el cinco de julio es
el último para pasar la ITV al coche, hacer la compra de la semana, entregar un expediente en el trabajo, enviar a la suegra/nuera de vacaciones, renovar el abono de la piscina, comprar alpiste para el canario, enviar un paquete a un tío de América, recoger una cortina de la tintorería, tener que llamar al técnico de la lavadora....
Corolario de Ortega y sucesores: Justo cuando haya terminado de hacer todo eso se dará cuenta de que su suposición de que el pantalón, la faja y el pañuelo rojo estaban en el armario es falsa (o no le valen los pantalones) y, después de revolver en todos los cajones y encontrar hasta la ropa del Olentzero, debe bajar a Almacenes Pamplona o Chile a comprar un pantalón blanco con la cuenta atrás del chupinazo encima.
Ley de Jeminguay: Haga lo que haga, se ponga donde se ponga en el agobio del Chupinazo lo que tendrá delante suya es la espalda de un metro de eslora del guiri más grande de Nueva Zelanda o, en su defecto,un jugador de balonmano de Pórtland San Antonio o de liga de honor.
Ley de la rebequilla: Si coge un jersey (ése de color rojo que sólo se usa en San Fermín) por miedo a que refresque acabará harto/a de él por llevarlo toda la noche a la cintura. Si sale a cuerpo, se agarrará un catarro a las primeras de cambio para todas las fiestas.
Ley de José Mari: Las veces que le tratarán de vender un gorro, unas
gafas de sol o unos collares se multiplicarán por tres si ya ha adquirido
veinte collares y tres sombreros en la misma tarde.
Ley de Gorospe: la noche en la que decide quedarse en casa para descansar resulta ser la mejor de todos los Sanfermines para su cuadrilla. El día que, después de reservarse sale a morir, la mitad de sus amigos/as se quedarán en casa o a medio gas por la juega del día anterior.
Corolario de Marx Ubicuo: como por arte de magia y pese a haber nueve jornadas, el día elegido por los compañeros/as de empresa, la cuadrilla, los antiguos alumnos de instituto y el grupo de euskaltegi para hacer una cena será el mismo. Si no, será el único en el que no librará o estará de guardia en el trabajo.
Ley de Curro: La probabilidad de que su jefe, pareja o padre/madre le vea al salir de los toros o bien entrada la noche en un lugar poco cómodo es directamente proporcional al pedo que lleve o las pintas con las que vaya ataviado! .
Ley de Heineken: El barril de cerveza se acabará justamente cuando iban a ponerle la caña que había logrado pedir después de un cuarto de hora de pelear en la barra.
Ley de Paulina: Aunque parezca mentira y los equipos de música tengan un largo tobogán de CDs, cada vez que entra en un bar o en una peña pondrán la misma canción del verano que estaban poniendo en la anterior.
Ley de los Gigantes: precisamente la mañana en la que se levanta con más clavo tendrá que llevar a hombros a sus hijos/as o sobrinos/as siguiendo a los gigantes a 32 grados de temperatura.
Ley de Jarautov: Si trata de avanzar a la cuatro de la mañana desde San Lorenzo en dirección a San Cernin comprobará como todo el mundo le viene en dirección contraria. Si cambia de sentido, le sucederá tres cuartos de lo mismo.
Ley de Zulle: Las posibilidades de perderse en el trayecto de un bar a otro son directamente proporcionales a lo bien que se lo estaba pasando con su cuadrilla o su acompañante en esa noche.
Ley del Bing Bang: Si se mezcla en el estómago café, pacharán, chocolate con churros, Martini, gambas, un pincho de pimiento, caña de barril, chistorra, Ricard, caldico, Gin Kas, sangría, sorbete, callos, un helado, estofado de toro, champan, kalimotxo y olivas con anchoa y todo ello se agita y centrifuga en un viaje en el Revolution de las barracas, este prodigioso órgano sigue funcionando con la dosis diaria de Almax y lo único que produce es un detritus radioactivo de color negruzco más o menos consistente.
Principio de Arquímedes: sumergidos unos hielos de considerable tamaño en un cubata de plástico estos experimentan una fuerza hacia arriba directamente proporcional a su masa y al bebedizo que desplazan que, ayudado por el bamboleo de la mano bailando, acabarán en la propia camiseta o en la del prójimo.
Ley de Balaguer: en San Fermín ligarás el doble que el resto del año. Entonces nada y ahora na de na.
Regla de la ley o viceversa: aunque no te tocara por calendario, seguro que te baja la regla el seis de julio o un día después.
Ley de Pedro Osinaga: en San Fermín tampoco hay que romperse la cabeza para sacar algo nuevo o ir de original. Las claves de la fiesta tienen cientos de años, son muy sencillas y siempre resultan.
Ley del Kaiku: sorprendentemente después de ingerir ocho ginkases y medio litro de pacharán, lo que te producirá mal temple y una vomitona será un kaiku de chocolate que te tomaste a lo último.
Ley de Galavisión: El día que no hayas podido ver el encierro en directo porque estabas dormido por la mañana o has llegado muy tarde a casa no conseguirás pillarlo en toda la jornada en ninguna cadena de televisión. Si en cambio los ha visto en directo a las 8 de la mañana, te lo tragarás diez veces en TVE, Canal 4, ETB, Tele 5, Antena 3 y una parabólica polaca con subtítulos.
Bufff, vaya tocho, y eso que no he puesto ni la mitad!!

Pero es que son todas tan ciertas...