El Málaga abandona la Copa del Rey por la puerta de atrás (2-0)
Pierde con justicia en Mallorca en una actuación muy deslucida y sin mostrar apenas actividad en ataque David Navarro adelantó a los locales en la primera parte y no hubo reacción
En el minuto 91 el Málaga, por medio de Lolo, chutó al fin entre los tres palos, cuando antes sólo lo había intentado Luque, que persiguió el gol olímpico. Con este pobre balance, el equipo blanquiazul, que perdió con justicia en Mallorca, sale de la Copa del Rey por la puerta de atrás, a las primeras de cambio, sin un mínimo arranque de genio para reivindicar su continuidad. El estrambote fue la roja a Weligton en la última acción del partido, que le impedirá ser alineado el domingo contra el Villarreal. El único habitual que se alineó, castigado tras uno de los peores partidos que se le han visto.
A los puntos -diez remates a cero-, en posesión de balón (que rozó el sesenta por ciento), pero sobre todo en actitud, el Mallorca mereció golear en un primer tiempo en el que pasó por encima del Málaga, que deambuló sin rumbo ni fe en la noche de perros que se vivió en el Ono Estadi, con una lluvia intermitente.
Sólo el referido central brasileño repitió en el once titular respecto a los que saltaron de salida en el Santiago Bernabéu, y Gregorio Manzano rotó algo menos respecto a la competición liguera, pero no sirve de atenuante ante la pobre imagen ofrecida. A diferencia del partido de ida, el técnico jiennense colocó a Gonzalo Castro por la banda derecha, y a Juanmi Callejón, en la izquierda. El uruguayo llevó por la calle de la amargura a Nacho. El 'charrúa' y los movimientos entre líneas de Trejo resultaron muy desestabilizadores para un Málaga que pareció noqueado desde el primer minuto.
Antes de que marcara David Navarro, en una larga jugada a la salida de un córner, el Mallorca ya había expuesto multitud de argumentos para ir por delante en el marcador, como una falta que estrelló Ayoze en el poste (sorteando de forma maestra la barrera), un cabezazo cruzado de Cléber Santana, que se incorporó con mucho sentido al remate en reiteradas ocasiones, u otro testarazo, de Webo, al que respondió de forma felina Goitia. Ahí estuvo sobresaliente el meta vasco, pero quizás pudo hacer más en el 1-0. Entre él y Weligton no extremaron la vigilancia sobre David Navarro, que tuvo dos intentos para definir.
Inoperancia
El Málaga no chutó a puerta antes del intermedio, lo que ya dice mucho de la forma con la que encaró un encuentro en el que sabía que debía marcar para clasificarse (por el 1-1 en la ida). Evidentemente, esta versión 'B' del conjunto deja mucho que desear en relación a la intensidad que pone el cuadro titular. No es cuestión de comparar la calidad de Baha y Adrián con la de Fernando y Luque, pero la movilidad de los dos primeros y su trabajo defensivo se echaron de menos, como la escasa profundidad por las bandas o el nulo criterio de Lolo y De Barros con el balón.
Si bien el Málaga no existió en ataque, una dura entrada de Ramis a Pablo de Barros, en el ecuador del primer tiempo, pudo variar el desarrollo del partido. Bien mereció ser tarjeta roja, pero lo cierto es que Megía Dávila no apreció la brusquedad de los tacos en plancha sobre el tobillo del brasileño.
En la segunda parte, más que dominar, el Málaga dejó de acosar el Mallorca, que ya fue un paso adelante del timorato equipo de Tapia, que ni con esas llegó a encerrar en las trincheras a su contrincante. Lejos de ello, el Mallorca aguantó con la defensa adelantada buena parte de este periodo, hasta que los cambios hicieron irremisible cierto repliegue.
De menos a más, el Málaga se la acabó jugando con Adrián y Fernando en punta, con Eliseu y Alberto Luque en los extremos, y con Apoño asumiendo empuje desde el centro del campo, lo que llevó a Lolo a la zaga. Ni con el cariz ofensivo de sus cambios el cuadro blanquiazul acarició una prórroga que le diese opciones de clasificarse. Lo intentó el equipo en un par de cambios de orientación, de Lolo y Fernando, hacia Luque, que en un primer caso falló en el control y en otro no llegó al balón al cruzarse Scaloni.
El delantero, de vuelta a casa, quiso intentar el 'gol olímpico' en la mejor oportunidad malaguista. El despeje de puños de Lux lo capturó Apoño, que chutó de forma poco ortodoxa desde la frontal del área, pero tan cerca del poste que derribó la botella del meta argentino. Entre el quiero y no puedo de los visitantes el Mallorca también pudo sentenciar. Estuvo cerca de hacerlo en un tiro de Castro que desvió al poste Weligton, que debería abstenerse de ese tipo de acciones que repite con asiduidad, y en un chut desviado tras una buena jugada individual de Keita, que relevó al pundonoroso Webo. Sin embargo, el 2-0 no llegó hasta el minuto 93. Hizo justicia a los méritos de uno y otro.
Fuente: DiarioSur